La proyección de Hay Una Puerta Ahí - un documental valiente que aborda la amistad de Fernando, paciente terminal, y Enric, médico de cuidados paliativos-, nos impactó emocionalmente a la vez que nos hizo reconocer nuestra gran vulnerabilidad, sin embargo, la experiencia de ver la película representó en definitiva un aprendizaje revelador que finalmente nos procuró un sabor cálido y reconfortante. El último fundido en negro, que simbolizaba la partida de Fernando, nos dejó un nudo en el estómago nada fácil de desenredar, pero lo cierto es que los diálogos entre Enric Benito y Fernando Sureda alcanzan una belleza sublime y nos aportan una visión sorprendente y muy valiosa ya que, aunque no parezca posible, ambos fueron capaces de celebrar la vida durante los últimos nueve meses de Fernando.
Desde el momento en el que el médico mallorquín irrumpió en el trastocado universo de Fernando, ya fuimos capaces de distinguir claramente el tono esperanzador de esta historia enorme que va tejiéndose a través de un diálogo por teleconferencia entre Mallorca y Uruguay; y a medida que avanzaba la proyección de la película, íbamos tomando mayor conciencia de que lo que se estaba tratando no era el tema de ayudar a morir sino el de ayudar a vivir hasta el final.
El coloquio que siguió a la proyección, conducido por Chema y Sofía, fue muy revelador: pudimos saber que ambos eran viudos, y que sus parejas fallecieron sin conocer la atención paliativa. Queremos que cualquier persona sienta apoyo en momentos en los que el futuro se ve incierto, señaló Chema, por eso tratamos de promover la necesidad de una atención paliativa accesible a cualquier persona.
Muchos de nosotros nunca antes habíamos tenido la ocasión de plantearnos cómo querríamos vivir esos momentos, pero lo cierto es que todos somos conscientes de que llegado el día nos tocará en primera persona, a nosotros o bien a un ser querido, y como la vida vale la pena hasta el último segundo, comprendemos el gran valor de que sea cuidada hasta el final. Por esta razón, se hace preciso que nuestra sociedad interiorice que la atención paliativa no es un privilegio, sino un derecho que debemos exigir y que actualmente no está siendo completamente cubierto.
Agradecemos a Sofía y Chema el esfuerzo que desplegaron para hablarnos de lo que no siempre queremos oír, así como el hecho de que tamizaran con acierto sus palabras para tratar de no herir ninguna sensibilidad y, en definitiva, queremos agradecerles que nos hayan ofrecido una forma de acercamiento a la muerte tan respetuosa, optimista y repleta de dignidad.
HAY UNA PUERTA AHÍ
De Facundo Ponce de León y Juan Ponce de León.
Documental que retrata el nacimiento de una amistad entre dos hombres mientras uno ayuda al otro a morir. La aceptación del dolor, el sentido del humor, la familia y los amigos, las ideas y las creencias, la vida y el final, atravesarán el tiempo que Fernando y Enric conversaron a través de dispositivos electrónicos, separados por un océano, en mitad de una pandemia que nunca permitió que se pudieran encontrar.

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